lunes, 25 de febrero de 2013
domingo, 24 de febrero de 2013
Rosa Díez ganó el debate de la Nación
Podemos ver en diferentes medios de comunicación el
siguiente titular: “El CIS da a Rajoy la victoria en el Debate del Estado de la
Nación”. Y claro si leemos el resultado publicado a la pregunta 18º de la
encuesta, en la que se pregunta quién ganó el debate, efectivamente gana
Mariano Rajoy con un 34,6.
Llama la atención que anteriormente a esta pregunta tan
“espontanea”, se producen más de una veintena de preguntas únicamente sobre
Rajoy y Rubalcaba, algo que hace que la persona que está respondiendo a las
preguntas focalice su atención solamente hacia ellos dos, por lo que la
pregunta 18ª más que “espontanea” podría llegar a considerarse “viciada”.
En cambio en la pregunta 13º del CIS, en la cual se pregunta
sobre el contenido de las intervenciones de los portavoces políticos, la
portavoz de Unión Progreso y
Democracia (UPyD), Rosa
Díez, es la más valorada tanto por su intervención, como por estar de
acuerdo con el contenido de la misma.
A modo de ejemplo, cuando se pregunta en el apartado 13º
“Está de acuerdo con lo que dijo…”. Respecto a Mario Rajoy: Con bastantes de la
cosas que dijo, obtuvo un 16,8. Y en cambio Rosa Díez, con bastantes de la
cosas que dijo, obtiene un 25,4. Lo que supone que la portavoz de UPyD
llega a sacarle al presidente del Gobierno una ventaja de 8,6 puntos en
este apartado.
En mi humilde opinión, algo no encaja cuando la portavoz que
ha sido la más valorada por su intervención y por estar más de acuerdo con su
contenido, no es la que se anuncia como ganadora del debate. Pero yo lo tengo
muy claro, Rosa Díez ganó el Debate del Estado de la Nación.
miércoles, 6 de febrero de 2013
Manifiesto por la Regeneración Democrática y la Refundación del Estado
Vivimos una emergencia nacional. La extensión de los casos y sospechas de corrupción en las principales instituciones del Estado y en los partidos políticos de gobierno y oposición, han convertido la profunda crisis política y económica en una crisis de confianza en el sistema democrático.
Nuestra democracia ha degenerado, alejando a las instituciones, y especialmente a los viejos partidos políticos, de los ciudadanos y de sus problemas. Urge devolver la política a los ciudadanos, sus legítimos dueños, y restaurar la confianza en el buen funcionamiento del Estado. Porque la regeneración democrática no es sino que las instituciones políticas funcionen y cumplan su obligación constitucional.
Para conseguirlo encontramos imprescindible:
1 – Aprobar de modo inmediato Leyes eficaces contra la corrupción para acabar con la impunidad de los responsables, y en concreto para:
a) la inelegibilidad de las personas acusadas por delitos de corrupción política.
b) el delito de financiación ilegal de los partidos políticos.
c) el delito de enriquecimiento ilícito de los cargos públicos.
d) el delito de omisión o falsedad de la contabilidad y patrimonio social de los partidos políticos y de los cargos públicos.
e) reforzar la exigencia de responsabilidad por mala gestión a los cargos públicos al frente de sociedades o entes públicos.
f) limitar la discrecionalidad de los indultos otorgados por el Gobierno, excluyendo a los condenados por delitos de corrupción.
2 – Reforzar la independencia y autoridad sancionadora de los organismos reguladores y de control público de la actividad económica privada y pública, como el Tribunal de Cuentas, la Agencia Tributaria o el Banco de España, acabando con su dependencia de los partidos políticos y del Gobierno.
3 – Aprobar una Ley de Transparencia exigente que incluya a la Casa Real, a los partidos políticos y sindicatos, y a cualquier institución que reciba ayudas públicas, obligando a dar información detallada y actual de su contabilidad y actividades, sin ampararse en el silencio administrativo o la justificación de la petición de información, y que regule la actividad de grupos de influencia o lobbys.
4 – Implantar una auténtica justicia independiente, acabando con el reparto del CGPJ entre las asociaciones de magistrados dependientes de PP y PSOE u otros partidos, y dotando a la administración de justicia de medios humanos y materiales suficientes.
5 – Aprobar una Ley Electoral justa y proporcional que favorezca la representación del pluralismo político existente, permitiendo la participación política real de todos los ciudadanos.
6 – Reformar la Constitución para que recoja las propuestas ciudadanas y resuelva el modelo territorial del Estado con el reparto de competencias y su financiación, mejore la separación de poderes, y asegure el derecho a la participación política, la igualdad jurídica y de oportunidades y las libertades personales.
Consideramos que todas estas medidas son imprescindibles para regenerar la democracia y restaurar la confianza ciudadana. Porque sin ellas no será posible superar con equidad la crisis económica, impulsar políticas activas de empleo y de creación de empresas, invertir lo necesario en educación e investigación, mantener y mejorar la sanidad pública y las pensiones, resolver el problema de los desahucios o la carencia de una política energética racional.
Son necesarias para racionalizar las administraciones públicas y suprimir el despilfarro en duplicidades y entes superfluos que se reparten los viejos partidos, o conseguir la regulación legal y transparente de las retribuciones a cargos públicos. También para restaurar la igualdad de los ciudadanos, acabando con los privilegios y con la discriminación por razones territoriales y lingüísticas, o para eliminar las trabas a la movilidad laboral, la apertura de empresas y el mercado único que lastran nuestra economía. Sin devolver España a los españoles tampoco tendremos una implicación más activa en la necesaria integración política, fiscal y económica de la Unión Europea.
Insistir en fórmulas inmovilistas o ya fracasadas para preservar la vieja política viciada que nos ha llevado a esta crisis no hará otra cosa que alejar a los ciudadanos de la política y aumentar la frustración, la indignación y la desesperanza, poniendo en peligro al propio sistema democrático.
Pedimos un Pacto de Legislatura en el que los principales partidos parlamentarios se comprometan públicamente a aprobar por vía de urgencia estas reformas legales y a modificar la Ley Electoral para, a continuación, proceder a la convocatoria de Elecciones Generales para abrir un periodo constituyente que ponga nuestra democracia a la altura de las exigencias del siglo XXI y permita la refundación del Estado según los procedimientos democráticos y con el protagonismo ciudadano.
Ver más en upyd.es
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