lunes, 3 de diciembre de 2012

POR QUÉ ME GUSTA ESTE PARTIDO


Rosa Díez:

Por qué me gusta este partido

Me gusta recordar las cosas que ciudadanos de toda España, de toda edad y condición, me han venido diciendo en los últimos cinco años. Son los motivos por los que dicen sentirse representados por UPyD. Sin ánimo de ser exhaustiva, ahí van algunos:
1. Porque sois previsibles; cuando escucho una información sobre cualquier acontecimiento relevante y busco la opinión de UPyD, nunca me decepciona: coincide con lo que yo creía que ibais a decir, que además suele estar muy cerca de lo que yo mismo diría
2. Porque sois coherentes. Lleváis a la práctica vuestro discurso político y además lo hacéis con el mismo énfasis y con el mismo lenguaje en cada institución en la que estáis presente, ya sea un ayuntamiento de un pueblo o el Congreso de los Diputados
3. Porque no estáis todo el día hablando de vosotros, porque siempre habláis de los problemas de la gente.
4. Porque parece que no tenéis prisa por llegar a los sitios.
5. Porque parece que os interesan más los ciudadanos que las elecciones.
6. Porque nunca habláis del partido con mayúsculas.
7. Porque sois el único partido nacional que no os plegáis a la moda de la “España compuesta” para decir en cada sitio lo que cada cual quiera escuchar.
8. Porque nos dais esperanza de que se puede hacer política de otra manera.
9. Porque tenéis autonomía.
10. Porque sois cercanos.
11. Porque sois la alternativa a los viejos partidos y ni sois como ellos ni os comportáis como ellos.
12. Porque os importa más la política que los votos; y por eso habláis de suprimir el Concierto vasco o el Convenio navarro cuando hacéis la campaña en Euskadi o en Navarra.
13. Porque no os rendís, porque seguís empeñados en abrir camino, porque no dais ninguna batalla por perdida.
14. Porque apoyáis o rechazáis iniciativas de otros partidos pensando sólo en los efectos que tendrán para los ciudadanos y no en los titulares de prensa que provocarán.
15. Porque sois valientes.
16. Porque sólo vosotros habláis de España y de los españoles.
17. Porque habláis de nosotros en vez de pensar en lo vuestro, en vosotros.
18. Porque entiendo todo lo que decís.
19. Porque sé que mañana diréis lo mismo que hoy.
20. Porque sois como mi subconsciente, decís lo que yo a veces ni sabía que pensaba.
21. Porque sois gente seria.
22. Porque aunque seáis pequeños hacéis cosas grandes.
23. Porque me dais esperanza, me habéis hecho reconciliarme con la política.
24. Porque sois como yo…
Viene bien recordar… Porque la España de hoy está tan contaminada por el discurso nacionalista que la apelación a la sociedad “normalizada” se suele imponer sobre la aspiración de construir una sociedad normal. Ser “de los de aquí” para poder ser reconocido como alternativa es condición aceptada sin rubor por partidos que, a priori, nunca defendieron los localismos. Así hemos llegado a esta situación en la que todo el mundo habla de “lo mío” y nadie habla en nombre de “lo nuestro”.
El cortoplacismo, la falta de miras y de ambición de país es lo que nos ha llevado a la situación crítica en la que se encuentra España. Los partidos políticos del viejo régimen han tomado todas sus decisiones pensando en su interés político y partidario, en el cálculo mezquino de lo que más les conviene para obtener o mantener el poder. El PSOE y el PP ( y por supuesto IU, que hace mucho que no existe como partido nacional y se viste de lo que haga falta para aparentar que está representada en toda España) hace mucho que han renunciado a vertebrar España.
Resulta muy esclarecedor escuchar a los lideres de las distintas fuerzas políticas hablar todo el rato de lo suyo mientras buscan a diestra y siniestra el hueco por el que colocarse para obtener mejores resultados electorales; resultados que utilizarán a continuación para hacer sustancialmente lo mismo que quien ocupaba antes ese lugar. Ambos mantienen contra viento y marea esta política de vasos comunicantes en la que lo único que importa es que el trasvase de poderes se haga entre los que nunca pondrán en riesgo el statu quo. Ambos (junto con sus terminales mediáticas y económicas) harán cualquier cosa para evitar que se cuele en la escena política otro partido nacional que ponga en riesgo su chiringuito.
A los viejos partidos les sirve cualquier discurso; pueden ser más vascos, más gallegos, más andaluces, más catalanes o más asturianos que el que más… siempre que eso les proporcione votos y poder; poder territorial sobre todo, que ha demostrado ser el más perenne de todos. La defensa de lo particular se ha convertido en algo tan normal que UPyD se ha quedado solo defendiendo un proyecto común en y para toda España.
Defender la igualdad es hoy una extravagancia propia de partidos “inflexibles”, “poco pragmáticos”, “aferrados a los principios”, “incapaces de adaptarse al medio”, “empeñados en no aceptar excepciones”… Lo que nos lleva al momento mismo en que nacimos y a nuestro Manifiesto Fundacional:

“ Ninguno de los grandes partidos nacionales actuales -menos aun los nacionalistas- defiende propuestas equivalentes a las nuestras. Su firmeza contra el nacionalismo obligatorio resulta discutible, pues ninguno ha dejado de hacer concesiones que atacan la igualdad de la ciudadanía española en materia lingüística, educativa, fiscal o de servicios públicos. Tampoco ninguno propone la reforma de la Constitución que, lógicamente, necesita adaptarse a las nuevas condiciones políticas del país y a un mundo en permanente cambio. Ni propugnan una reforma de la legislación electoral que quizá perjudicase sus expectativas, a pesar de que mejoraría la democracia al conseguir una representación más proporcionada de las corrientes sociales existentes, combatiendo el auge de la abstención y de la aversión a la política. Ninguno insiste en profundizar el laicismo del Estado para hacer frente al auge del fundamentalismo religioso, a las intromisiones exageradas del clero en la enseñanza pública y a la multiplicación de políticas identitarias que pretenden dictar los sentimientos de pertenencia y comunidad. Ninguno, finalmente, está interesado en proponer reformas que revitalicen la democracia mermando el poder de los aparatos de los partidos en beneficio de una deliberación pública y abierta, más allá de la alienación sectaria y del dogmatismo carente de ideas”.

En fin, que cinco años no son nada para un partido tradicional; pero son toda una vida para un partido que nació con la ambición de ser diferente, de ser un referente nacional, de ser progresista y transversal, de no plegarse a las modas, de ir por delante, de provocar el cambio en la sociedad. Desde que en septiembre de 2007 pusimos en marcha nuestro partido, hemos demostrado con nuestro trabajo que nada es imposible. El rigor y la ambición de país con la que hemos encarado nuestra responsabilidad, -en todos los frentes, desde la calle hasta los foros de Internet, pasando por las propuestas realizadas en el Congreso de los Diputados, en el Parlamento Europeo y en el Parlamento Vasco, en la Asamblea de Madrid, en la de Asturias, los ayuntamientos…-, han roto barreras y tabúes y han obligado a incorporar al debate político propuestas y alternativas que estaban vetadas por el establishment político, económico y mediático.
Hoy que la gente vive angustiada por su futuro y por el de sus hijos resulta evidente que somos más necesarios que nunca; por eso seguimos aquí, como el primer día, trabajando para que la sociedad en su conjunto recupere el espíritu democrático y para que la política vuelva a ser percibida por los ciudadanos como el instrumento imprescindible para hacer posible lo que es necesario.
Creemos en la Política con mayúsculas. Y nos sentimos orgullosos de ser tan institucionales como revolucionarios. Porque si, amigos: defender en España la igualdad hoy es REVOLUCIONARIO