jueves, 12 de mayo de 2011

UPyD y los pactos con otros partidos

La política de alianzas y pactos con otros partidos que UPyD seguirá en las instituciones donde entremos en las elecciones de mayo del 2011 es una de las preguntas más recurrentes que nos hacen los medios de comunicación, y también muchos órganos y afiliados del partido.
Naturalmente, la definición en detalle de esos posibles pactos deberá esperar al momento en que sean una oferta real y no sólo una hipótesis de trabajo. Lo que va a continuación son algunos de los criterios básicos y generales, es decir, que seguiremos en todas partes de acuerdo con nuestra naturaleza de partido nacional. Son criterios que podemos usar para responder a cualquier consulta o interna o pública, y que, como ya hemos anunciado, serán los que tendremos en cuenta a la hora de cerrar pactos con otros partidos (sobre todo con PP y PSOE, pero en general con cualquier partido parlamentario que nos lo proponga), tanto aquellos destinados a apoyar gobiernos autonómicos y municipales (elegir presidente de CCAA o alcalde), o a pactos de legislatura (con acuerdos sobre iniciativas políticas y legislativas) que puedan proponernos en una o varias CCAA o ayuntamientos.
1 – UPyD sólo pactará en CCAA y ayuntamientos con aquellos partidos que se sumen públicamente a la proposición de reformar seriamente la Ley Electoral (LOREG) en el Parlamento nacional, y a impulsar una profunda reforma de la educación y otros servicios esenciales, en la línea de que vuelvan a ser competencia del Estado para garantizar la unidad, eficacia y equidad del sistema.
2 – Se entiende que los pactos a que hace referencia el punto 1 tienen como objetivo votar a determinado candidato a presidir las CCAA o las alcaldías, o bien pactos más amplios de legislatura para impulsar determinadas leyes, acciones de gobierno, reformas de cualquier tipo, etc. Los pactos de gobierno, en los que diputados o concejales nuestros puedan entrar a formar parte de un equipo de gobierno son materia aparte que deberán examinarse en cada caso, aunque por coherencia elemental deberán someterse al mismo requisito: que el “socio de gobierno” acepte la condición anterior. Si se trata de un pacto con partidos regionales o locales sin representación en el Congreso y Senado, también será preciso el compromiso político de que exijan esas reformas y las apoyen activamente.
3Esta condición previa para apoyar a otros partidos que aspiran a gobernar las instituciones con nuestro voto no predetermina la posición del partido en otras votaciones sobre cualquier otro asunto. Una vez elegido el gobierno autonómico o municipal con nuestro apoyo o con nuestra oposición, nuestros representantes votarán lo que consideren más conveniente y acorde con nuestro programa, como ya hacemos en los 3 parlamentos en que estamos presentes, sin condicionar el sentido del voto sobre asuntos particulares a pactos o condiciones políticas previas. Votar una vez en contra del candidato de otro partido que aspire a ser presidente o alcalde no prejuzga ni predetermina que siempre se seguirá votando en contra; cada voto debe entenderse como una expresión particular de responsabilidad política y verse como un caso único, sin miedo a las acusaciones tópicas de incoherencia, oportunismo, etc., que sin duda nos harán votemos lo que votemos. Debemos posicionarnos sobre las propuestas ajenas en función de su significado, no de su autoría.
4 – Una vez dentro de las instituciones analizaremos si para cerrar determinado pacto concreto –por ejemplo, en el ayuntamiento de Madrid o en el de Murcia o cualquier otro- ponemos otras condiciones adicionales de carácter autonómico o local, como el compromiso para reformar la ley electoral de una determinada CCAA –las hay lamentables-, o determinada política municipal –por ejemplo en materia de vivienda o gestión del suelo- en una ciudad determinada. Pero esos requisitos se suman al primero y fundamental, no los sustituyen en ningún caso y de ningún modo. De lo contrario, si UPyD hiciera como los demás partidos, nuestro carácter nacional ilustrado, que significa que decimos y defendemos lo mismo en todas partes, no tardaría en desaparecer sacrificado por compromisos locales y regionales que anularían el proyecto común que defendemos.

Conclusiones: en las instituciones, UPyD votará en cada caso lo que considere mejor, pero sólo votará a favor de los candidatos del PP o PSOE –u otros partidos parlamentarios- para formar gobiernos autonómicos y locales si, y sólo si, esos partidos suscriben públicamente un compromiso para modificar la Ley Electoral y apoyar las otras reformas básicas, como la educación, que determinemos en su momento.
En resumidas cuentas, se trata de separar con claridad, tanto internamente como ante los medios de comunicación, que allá donde seamos decisivos UPyD pondrá condiciones claras y públicas para apoyar al partido que pida nuestro apoyo parlamentario para formar gobierno en una CCAA o ayuntamiento. En la acción institucional del día a día, cada propuesta a votar se analizará por su valor y no por su procedencia. Eso significa que en un ayuntamiento podemos negar nuestro voto a determinado partido que aspira a una alcaldía, por ejemplo, si no cumple con el primer requisito, pero que apoyaremos las propuestas concretas de ese mismo partido si las consideramos necesarias para mejorar la política de vivienda, tráfico, servicios sociales o de cualquier otro tipo.
El gran desafío al que tendremos que hacer frente es demostrar con los hechos que es posible articular la política local y autonómica con la nacional, porque no aceptamos que sean mundos aislados y distintos, como otros tantos reinos de taifas.