jueves, 19 de abril de 2012

El trabajo de oposición y la responsabilidad de cada voto

Esto que quiero compartir hoy bien podría estar englobado en la serie de artículos que he escrito sobre “cosas que he aprendido en la política“, pues es una reflexión sobre un aspecto que he conocido en mi hasta ahora corta vida política y que en cierto modo ha cambiado mi modo de ver ciertos aspectos de la política.

Me refiero al valor del trabajo de oposición en la política …


Hace unos días, en una tertulia a la que fui invitado, un contertulio afirmaba con severidad que “los partidos de oposición no deberían cobrar, que los únicos que trabajan son los que gobiernan, que la oposición solo tiene que votar – normalmente en contra – en los plenos“. Y, fíjate por donde, es una afirmación que yo habría suscrito no hace mucho, pero por el mismo desconocimiento, tan atrevido él, que tenía, tanto yo como el citado contertulio.

Y es que nada más lejos de la verdad …

Como pasé a explicarle a mi compañero de mesa, resulta que en realidad es justo lo contrario, pues la verdad es que el partido que gobierna dispone de toda la administración para trabajar bajo sus órdenes, que son los que en realidad hacen el trabajo, y sino ahí el ejemplo de Bélgica, que tiene el récord de gobierno sin políticos, y no pasó nada realmente grave. Y es que son los técnicos, los funcionarios de carrera, quienes hacen el trabajo de la administración.

¿Significa esto que sobran los políticos?, pues tampoco, porque la política es la asunción de la responsabilidad de hacia donde debe dirigirse un país, comunidad, pueblo; son los políticos quienes deciden en qué se emplean los recursos, hacia qué objetivos comunes, por mandato ciudadano, que somos quienes los elegimos para llevar a cabo un proyecto común concreto. Los técnicos ejecutan las tareas pero las metas las definen los representantes de los ciudadanos, que son quienes con su voto deciden qué proyecto de país o ciudad quieren.

Volviendo al tema de la oposición, es precisamente en el lado de los partidos que no gobiernan donde hay más trabajo político, del que encomiendan los ciudadanos a los políticos, pero también es donde los políticos tiene que realizar también más tareas, por si mismos en muchos casos, y sin ayuda en la mayoría de las ocasiones de técnicos y funcionarios.
Me refiero a que todos los temas que se tratan en un ayuntamiento o parlamento, mientras el equipo de gobierno dispone de recursos humanos amplios más todo el cuerpo administrativo, la oposición debe “llegar” a analizar, estudiar, tomar postura, sobre todos esos temas y sin toda esa ayuda especialmente cualificada adicional.

En mi caso concreto, como portavoz de UPyD en Collado Villalba, donde salimos elegidos 2 concejales, solo tenemos derecho a una dedicación completa, por lo que  mi compañero Antonio se dedica a tiempo completo a su labor docente como profesor de universidad, pudiendo solo ayudar puntualmente y asistiendo a los plenos. Y, sin ninguna ayuda administrativa, tengo que asistir a todas las comisiones informativas, mesas, actos, que otros partidos se reparten entre varios concejales, analizar por mi cuenta los expedientes, normas, ordenanzas, proyectos – muchos de ellos de alto nivel técnico – que elaboran los técnicos y funcionarios especializados para el equipo de gobierno.

Pero no solo eso, también los políticos en la oposición tienen la responsabilidad de hacer propuestas, en forma de mociones, de llevar a pleno las demandas de los vecinos, y lo que es enormemente importante: controlar y fiscalizar al equipo de gobierno, como representantes electos de los ciudadanos.

Así que comprenderás el por qué de mi cambio de postura al respecto del trabajo de los partidos de oposición, mera y llanamente pura dosis de lo que supone en realidad.

Y si, yo también pensaba “joder, estos tíos van al pleno y, después de todo el proyectazo que ha preparado el gobierno, solo tienen que criticarlo y votar“, pero nada más lejos de la verdad, pero ni siquiera por los aspectos de trabajo diario que he comentado hace un momento, sino que hay un argumento que, al menos para mi, es mucho más importante y es motivo de ese arduo trabajo: la responsabilidad de cada voto.

Como representante público el político tiene la responsabilidad de cada voto que emite, y ese sencillo acto conlleva, como yo lo entiendo, un enorme grado de responsabilidad, pues precisamente por ser representante público con el voto no te representas a ti mismo, sino a todos los ciudadanos que te han votado, incluso a los que no lo han hecho. También hay una responsabilidad legal en cada voto, algo de lo que solo nos damos cuenta cuando hay algún caso en que algún político se enfrenta a cargos de prevaricación precisamente por el sentido de algún voto en concreto, proceda el cargo al final o no.

Esa responsabilidad es la que te exige estudiar bien todo lo que esté sujeto a voto, a aprender lo que desconoces, a ir incluso más allá de los expedientes de los técnicos y las propuestas del partido que gobierna, teniendo siempre en mente que como político representas unas ideas, representas a tus conciudadanos, y debes actuar en consonancia, compensando la carencia de recursos materiales y humanos con más esfuerzo personal, siendo más exhaustivo en los análisis, en definitiva, tratando de hacer un trabajo político digno con los medios disponibles, siempre infinitamente menores que el partido que gobierna, porque al final siempre habrá personas que, como yo también hace no mucho tiempo, pensará que a fin de cuentas “tú solo tienes que votar“.

Escrito por nuestro compañero Fernando Tellado Concejal y Portavoz en Collado Villalba